viernes, 20 de febrero de 2015

Humos cachanillas

En Baja California la bacha está que arde. Cada que un bajacaliforniano pasa del otro lado del muro, encuentra comercios, servicios e industria alrededor del cannabis, en algunos condados a simple vista, en otros con mayores reservas. Encuentra que en el gabacho no existe la "guerra contra las drogas" ni contra sus usuarios, ni la persecución policial hacia usuarios que no dañan a nadie. Y es que la comunidad bajacaliforniana forma parte de un vecindario donde el consumo de cannabis está casi normalizado y el comercio y la posesión se persigue cada vez menos. 

Ante tremenda oportunidad, muchos compatriotas saltan la línea para darse las tres legales. Sin embargo, aunque es posible volver con los ojos rojos después de un paseo dominical terapéutico, eso de darse un mañanero legal y volver a la hora del jale todavía no es factible durante un día laboral común. 
Así las cosas, mas como los amigos de la línea (fronteriza) no quieren continuar como el chinito, se ha conformado un grupo de ciudadanos organizado en pro de la regulación responsable de la mariguana: el Instituto Binacional de Estudios del Cannabis.
Celebramos la conformación de esta organización y apoyamos su trabajo en pro de políticas responsables para el cannabis, quien quite y pronto wachemos como Baja se convierte en la primera entidad federativa del país en lograr una regulación sensata de la mariguana, esperemos esto sea posible, por mientras queda claro que ¡¡En la Baja también hace humo!! 

Por mientras, en la línea de Baja California el tráfico actual de mariguana es bidireccional, el tráfico tradicional hacia el norte de mariguana ilegal, que al cruzar la frontera se persigue con menor intensidad; y el tráfico reciente hacia el sur de mariguana legal y productos derivados que al cruzar la frontera se convierten en ilícitos.
Ambos tráficos, sin embargo, son cualitativamente distintos. En el trafico hacia el norte se encuentra una tendencia a transportar volúmenes medios, lo cual pareciera vincularse al límite legal (5 kgs en el caso de la cannabis) para que la posesión de drogas sea considerada narcomenudeo y no tráfico.
Este tráfico suele realizarse a través de miles de burreros que aceptan el riesgo de pasar drogas por la aduana, pero cada vez más también a través de mulas ciegas, personas a la que les pegan mediante imanes droga en sus autos, e incluso mediante el uso de drones. Otra característica es que esta mercancía suele ser entregada a un intermediario ilegal, quien a su vez la redistribuirá entre algunos dealers para su comercio en el mercado local.
Por su parte, el tráfico hacia el sur es de cantidades relativamente bajas, medible en gramos u onzas. Sin embargo, la mariguana suele ser considerada de mayor calidad -que la que va rumbo al norte-, por lo que cada gramos tiene también mayor valía. 
Este tráfico suele ser realizado por usuarios que llevan "mota de la buena" a sus amigos o por dealers que trafican variedades de reconocida calidad y mayor costo; los cuales venden directamente a los usuarios, un número importante de los cuales compran por encargo. 

Junto con el mercado, la escena pacheca en este lado del muro también ha cambiado y en distintos puntos de la city se encuentran smokeshops que dejan entrever los pininos de una ola comercial verde. Esto por supuesto, también ha cambiado las formas de consumo, unos fumetas de antaño se quejaban de estas. Uno decía que ahora en las fiestas todo mundo lleva vaporizadores de wax, lo que a su juicio, limita las relaciones sociales propias de rolar a la derecha; aunque después de pegarse al bhong le valió madres el asunto...
A otro pacheco le disgustaba el uso de pipas y bhongs, "no hay nada como echar le ceniza" decía, mientras actuaba como sí golpease un cigarro para hacerla caer, y cuestionaba "¿qué es eso de fumar sobre ceniza?", refiriéndose al hecho de poner la mota en pipas con ceniza pegada, "no hay nada como un gallo". 

Finalmente, después de acabarnos la yesca a ritmo de Juan Cirerol, volvimos del viaje a la línea.
¡¡ARRE!!

Epílogo: Después de unos tanques de skunk a ambos lados de la frontera, el Dr, Cannabis nos confesó: "¡Legal o ilegal, a mí me pone igual!"

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